Más de medio centenar de adultos y una quincena de menores se dieron cita en el Encuentro de Hermanas y Hermanos de Plena inclusión Región de Murcia, que se celebró el pasado sábado en el Hotel Agalia de Murcia. En realidad fueron dos encuentros en uno, ya que se programaron actividades para los familiares adultos y otras para los menores.
La jornada estuvo abierta a hermanos, pero también a cuñados, primos y sobrinos. El encuentro contó con asistentes de las asociaciones Asido Cartagena, Assido, Astrapace, Astus, Ceom e Intedis. Además, tuvo el apoyo económico de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad.
Para los adultos, la jornada comenzó con una bienvenida por parte de la directora técnica de Plena inclusión Región de Murcia, Elvira Moreno. Posteriormente, el asesor jurídico de la federación, Rafael Piñana, habló a los asistentes sobre los últimos cambios en la legislación que afectan a las personas con discapacidad.
Tras el almuerzo, se presentó el Comité de Representantes de Plena inclusión Región de Murcia a los hermanos y hermanas. Lo hicieron tres componentes de este colectivo, concretamente: Carmen M. Beltrán, de Assido; Julio Ferreira, de Astus y Pepe Marín, de Ceom. Todos ellos explicaron quién compone el Comité, cuál es su objetivo y qué funciones desempeñan dentro del movimiento asociativo.
Seguidamente tuvo lugar la ponencia de Francisco A. Marín, quien trabajó estrategias de bienestar emocional junto a los asistentes. Marín es experto en el trabajo con grupos, así como autor de diversas publicaciones técnicas como Volvamos más cercanos. Plan de apoyo socioemocional y coautor de El arte de No hacer. Manual de acompañamiento para padres, madres y docentes.
Paralelamente con los hermanos pequeños realizaron dos talleres con Cristina Ramos, que es experta en el diseño y gestión de proyectos educativos-sociales y culturales, así como colaboradora en diferentes proyectos de Plena. Ramos se encargó a través de la expresividad y el trabajo en equipo de construir una escenografía cuyo objetivo fue trabajar sobre las diferentes realidades de las personas con discapacidad intelectual.
La jornada concluyó con una puesta en común por parte de los participantes, que hicieron sus preguntas y sugerencias y con una comida en la que los asistentes pudieron estrechar lazos y compartir experiencias de modo más directo.