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Plena inclusión España traduce la guía de gestión psicológica frente a la COVID-19 de la Asociación Mundial de PsiquiatríaEsta guía está orientada a cómo los efectos de la pandemia pueden afectar a las personas con discapacidad intelectual. La confederación también ha realizado una infografía con 8 consejos para una comprensión más fácil de su contenido

Hay una nueva guía con consejos para atender

a personas con discapacidad intelectual

y muchas necesidades de apoyo.

Es una guía sobre salud mental

durante la crisis del coronavirus.

Por ejemplo: recuperar la calma

si te dicen que una persona de tu familia

ha muerto por el coronavirus.

La guía original está en inglés.

Plena inclusión la ha traducido al español.

Además, ha hecho esta infografía

con 8 consejos que vienen en la guía.

La guía es importante

porque hay muchas personas profesionales de la salud

que tiene que aprender a tratar

a personas con discapacidad intelectual.

Por ejemplo: hay personas

que no saben hablar con palabras

y se expresan se otra manera.

Imagina que una persona golpea una pared.

Un doctor puede pensar que tiene una enfermedad mental.

Pero quizá la persona golpea la pared

porque le duele una muela.

Es su forma de expresarlo.

Así que las personas que trabajan en la salud

deben tener en cuenta

que hay muchas personas con discapacidad intelectual

a las que les cuesta

saber y expresar qué necesitan.

 

Información de Plena inclusión España

 

La Asociación Mundial de Psiquiatría ha lanzado su guía “Consejos para la gestión de la epidemia de la COVID-19 y de los factores de malestar psicológico asociados en las personas con discapacidad intelectual y autismo con necesidades elevadas y muy elevadas de apoyo”. Esta asociación representa a 150 entidades de 120 países, uniendo a 250.000 psiquiatras.

 

La guía lanzada está destinada a toda la población que atiende a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, e incluye recomendaciones que van destinadas de forma específica a profesionales de la sanidad y salud mental.

 

La guía aborda la comunicación de la enfermedad, estrés y preocupaciones, la vulnerabilidad psicológica, la gestión de crisis de ansiedad, barreras y su superación, los riesgos del aislamiento y cómo contrarrestarlos, los riesgos de cambios drásticos y cómo contrarrestarlos, entornos protegidos, la utilización de mascarillas y guantes, recomendaciones para cuidadores y cuidadoras y referencias.

 

La traducción de la publicación al castellano ha sido obra de Ramón Novell, Aida Palacín y Berta González y editada por Plena inclusión España. Además, desde Plena inclusión se han extraído 8 consejos en una infografía resumen de la guía.

 

Una guía para una atención justa

 

Ramón Novell es Jefe del Servicio de Discapacidad Intelectual en el Insituto de Asistencia Sanitaria (IAS), y uno de los referentes a nivel internacional en la atención de la salud mental de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo.

 

En sus palabras, la guía pretende que en la atención “no se caiga en desigualdades y se vele por la equidad”. Las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo es “un grupo de gran riesgo”, no por la incidencia de la COVID-19, sino por la dificultad de expresar sus necesidades.

 

Novell advierte sobre el “fenómeno de enmascaramiento”. Un ejemplo habitual de este fenómeno es una persona sin lenguaje oral que golpea una pared y se le diagnostica un trastorno de salud mental, pero al final se identifica que era su forma de expresar un dolor de muelas.

 

“No nos podemos olvidar de una población invisible que va a necesitar un diagnóstico claro”, concluye Novell. Y añade las dificultades para acompañar a estas personas a dispositivos de salud, agravadas por la pandemia. “Si no se les atiende teniendo en cuenta todas sus necesidades cognitivas, puede significar una discriminación”, sentencia.

 

Según un estudio que aún no han finalizado en el que este experto participa, todo indica que “se preveían problemas de salud mental en los primeros meses del confinamiento”. Sin embargo, “es ahora cuando están aumentando los problemas de comportamiento y ansiedad”. Apunta a que puede deberse a la desescalada: “No se puede aplicar el mismo plan que a las personas mayores. Las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo necesitan otras soluciones”.