«No somos malos padres, hermanos, profesionales o compañeros cuando pedimos ayuda para manejar ciertas situaciones. Al contrario». Esta fue la principal conclusión del Seminario Camino hacia una buena convivencia, que tuvo lugar el miércoles 25 de mayo, dentro del ciclo organizado por Plena inclusión Región de Murcia. 

Una jornada en la que quedó claro que no es fácil pedir ayuda, porque a veces uno piensa que debe poder con todo y en realidad es mucho mejor hacerlo, con el fin de trabajar con las herramientas adecuadas. También se puso de manifiesto que faltan apoyos para las familias que, en algunos casos, lo pueden llegar a pasar realmente mal.

Este seminario trató sobre cómo gestionar problemas de conducta en personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. El seminario estuvo organizado por las psicólogas del Canal de Asesoramiento de Plena inclusión Región de Murcia, Carmen Carpe y Ángela Tomás. En él, la psicóloga gallega Rebeca Sevilla habló sobre cómo pasar de la reacción a la prevención y también se desarrolló una mesa de experiencias, con participantes de la asociación madrileña Apadis y de Plena inclusión Galicia, entre otros. 

Rebeca Sevilla comenzó resaltando que las conductas preocupantes son más «frecuentes, duraderas e intensas» en las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, algo que a menudo «limita la vida de las personas y de sus familias, porque no disponen de los apoyos necesarios». La psicóloga recordó  la importancia de «personalizar cada caso», ya que a cada persona le enfada una cosa y le calma otra.

En este sentido, reconoció que a veces hay que ser detective y observar mucho para ver qué es lo que desencadena los malos comportamientos y qué los apacigua. En términos generales, recomendó no sobrecargar de estímulos a las personas cuando están en fase de ascenso en el ciclo conductual.

Las experiencias del seminario

Por su parte, Favio, de la asociación madrileña Apadis, y su persona de apoyo, Juan Carlos, explicaron cómo consiguieron que el comportamiento del primero mejorara. Al igual que Rebeca Sevilla, Juan Carlos destacó que, pese a conversar a diario con Favio, se trató de un trabajo casi de investigación, porque a veces ni uno mismo sabe lo que le enfada. Hasta que finalmente descubrieron qué estaba desencadenando su mal comportamiento y cuáles eran algunas de las cosas que le calmaban.

Posteriormente tomó la palabra la psicóloga del Canal de Asesoramiento de Plena inclusión Galicia, Pilar Villaverde, quien mantuvo una conversación con Josefa, madre de una persona con trastorno del espectro autista. Josefa detalló todo lo que hicieron para mejorar la conducta de su hijo y agradeció las pautas que le ofrecieron desde la federación gallega. Además, pidió más apoyo institucional, porque a veces las familias se ven muy solas ante este tipo de situaciones.

En último lugar, Carmen Carpe charló con Laura, la mamá de Marco, un pequeño de 5 años con TEA. Laura explicó que a su pequeño le ha ayudado mucho tener un «rincón de la calma» en casa, donde están sus juguetes y cuentos y donde consigue apaciguar sus ‘rabietas’. Asimismo, agradeció que el trabajo del Canal de Asesoramiento se realice en el entorno natural del menor, ya que «en un despacho no se puede hacer la misma apreciación de las pautas de conducta». Por último insistió en que, además de observar mucho y tomar notas, es necesario tener mucha paciencia para que las medidas funcionen.

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