Los familiares de personas con discapacidad intelectual y del desarrollo suelen tener más dificultades para conseguir tiempo libre, ya sea para trabajar, para hacer alguna gestión o para disfrutar del ocio. Algo tan sencillo como dejar a los niños o a los adultos a cargo de un vecino, un amigo o en un centro se complica para las familias del colectivo, e incluso se acentúa en el caso de las personas con grandes necesidades de apoyo.
El programa de conciliación se destina a esos familiares cuidadores que necesitan momentos para ellos y no encuentran cómo conseguirlos.